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MARIA (Primera Parte) — En el verano de 2004, durante uno de sus habituales viajes a Asís, Juan Carlos García entra en la antigua iglesia de Santa Maria delle Rose que hospeda la exposición permanente de la obra “MARIA” de Guido Dettoni della Grazia. Obra modelada por este artista con los ojos vendados, vista por las manos, contenida por ellas y destinada a las de todos.

Juan Carlos García la contiene en las suyas, la mira desde más ángulos y él también descubre que las diferentes caras de la obra sugieren momentos de la vida de María y, así, su vocación de músico le empuja a querer expresar con los sonidos la profunda vivencia surgida de esta nueva aproximación a la figura de María.

De regreso a su estudio en las Islas Canarias, enseguida empieza a componer la música que sentía salir de la propia escultura llenando el ambiente que la envolvía. Llega a concebir una pieza que encuentra su propio fluir en los diferentes momentos de la vida de María, sugeridos por la propia escultura. Para ello hace también que las melodías se muevan alrededor de la figura cambiando ligeramente al transito gradual de una posición a otra, tal y como sucede al observador visitando la exposición.

En noviembre del mismo año, los dos artistas se reúnen en París en ocasión de una exposición de la obra MARIA en la iglesia de Saint Sulpice. Durante este encuentro, ellos conciben la idea de la edición de este álbum que llega a concretarse a comienzos de 2007. Todo este tiempo era necesario para que la idea musical fuera perfilándose y ampliándose. Las piezas han sido mezcladas y masterizadas utilizando una resolución de 48 khz y 32 bits, con el fin de conseguir una calidad de audio cristalina. Muchos de los sonidos de la naturaleza han sido grabados por el compositor en el Parque Nacional de Garajonay, ubicado en la isla de La Gomera, y en el Aula de la Naturaleza (Osorio) en Gran Canaria. Las aves y demás animales que se escuchan en el fondo de algunas de las piezas se hallan en estado de total libertad y en su propio hábitat natural. No hay grabación alguna de ave enjaulada o imitada. El compositor también ha utilizado sus propias grabaciones de sonidos ambientales captados en París, en la capilla gótica de La Sainte-Chapelle y en Notre Dame.

LA PRESENCIA LUMINOSA (Segunda Parte) — En enero de 1995, el compositor visita Israel. Independientemente y distantes el uno del otro, y sin conocerse aún, en este mismo año el escultor empieza el trabajo para dar forma a esta escultura de MARIA. La visita a Tierra Santa es la búsqueda de la obra musical que iba a exaltar la figura y la vida de Jesús. Al cabo de seis años, en 2001, la obra de García es completada y publicada sólo en una edición limitada. Su título La Presencia Luminosa, sugiere a Jesús como sol central que ilumina nuestras vidas y María como Madre llena de profundo amor y admiración. Ya entonces compone melodías dedicadas a María encinta y cantándole nanas al Niño. También las compone dedicadas a diversos eventos de la vida de Jesús que en muy pocas ocasiones han sido interpretados musicalmente.

La primera parte de este CD está dedicada a María y la segunda a Jesús. Ambas composiciones se han alimentado en la misma fuente de inspiración y comparten el mismo estilo compositivo. Juan Carlos García entiende que La Presencia Luminosa es una extensión de la música para MARIA. De hecho, aunque escrita con anterioridad, en la distancia, ambos artistas coincidían en su búsqueda y trabajo en corazón y manos.